Mis ojos estaban allí, y por suerte mi cámara también. Los Alpes tienen estas vistas, y por muy mal fotógrafo que se sea siempre hay una toma buena, imposible de estropear. Cualquier instante, cualquier encuadre vale.
Tardaré tiempo en olvidarme de estos paisajes italo-suizos... fetén!
No hay comentarios:
Publicar un comentario