domingo, 27 de enero de 2013

TALLER DE INTERPRETACIÓN. 2ªPARTE.



Hoy, se ha llevado a cabo la segunda parte del taller de interpretación impartido por Roberto Cairo. 16 horas de una intensidad tremenda. El trabajo del personaje psicópata, desde un texto meditado y elaborado para tal ejercicio. 8 alumnos han elaborado propuestas para un asesino de centenares de personas; un asesino confesando ante un jurado impasible, veterano y psiquiatra.
Y esta vez sí, cada propuesta ha sido un éxito, uno a uno, cada alumno ha trabajado el texto palabra tras palabra, frase a frase. Cada gesto, mirada y matiz ha sido pensado por cada actor. Y qué decir de la comodidad conseguida ante la cámara, como si toda la vida hubieran estado delante de ella, incluso llegando a interactuar.

En definitiva, un fin de semana cinematográfico a tope.

-Vicente Herrero preparando su personaje psicópata- 

-Laura Sardina sacando su mujer fatal-

-Ángela, el diamante en bruto del taller-


-Sergio Moneo, un original personaje lleno de matices-

miércoles, 23 de enero de 2013

DJANGO, BRUTAL


El puto Tarantino lo ha vuelto a hacer. Aún sin ser un fan a ultranza del cine Tarantiniano, repleto de diálogos interminables y a veces hasta cansino; con Django ha vuelto ha conquistar mi corazón de cinéfilo.
Y es que, el amigo Quentin cuenta ya con una madurez narrativa digna de los más grandes. Sus guiones; en los que a veces rompe los tiempos para favorecer la construcción de sus personajes; son brutales.

Con Django estamos nada más y nada menos que ante un western, ¡un western!, un género ultramachacado y que ya murió con "El hombre que mató a Liberty Balance", y que Clint Eastwood resucitó con "Sin perdón", y ahora se reinventa con "Django".
Si las películas del salvaje oeste se caracterizaban por tener personajes planos y entresijos banales, en Django ocurre lo contrario. Personajes muy tridimensionales, repletos de matices y misterio; y una historia magnífica. Tópicazo el de cazarrecompensas en busca de fortuna eliminando criminales, pero Tarantino humaniza al personaje, y justifica la violencia. Lo convierte en un trabajo de la época salvaje americana, como ser barbero. 

Y que decir de la forma en que aborda el espinoso tema de la esclavitud. Duro, sin censura, explícito. El hombre negro como carne animal al servicio del hombre blanco. Impresionante DiCaprio (como siempre), en uno de esos papeles que le gustan, con un toque de locura, sátiro y sádico.
Pero para mi, el papelón de Django es para el Dr. King Schultz (Christoph Waltz).
Un tipo duro con modales de Gentil Alemán, y como tal, explica y justifica cada acción de manera meditada, excepto la última, en la que se deja llevar por su instinto. Este cambio acabará con él.

-Django y el Dr. Schultz-

Y para terminar, hablar de la escena de la batalla en la casa colonial. Ya quisiera John Rambo acabar con sus enemigos de un modo tan brutal y explosivo. El sonido de las balas en la carne y en los huesos se mete hasta el tímpano.  El hiperrealismo llega al cerebro y da la sensación de carnicería a lo "Matanza de Texas". Toooodo lleno de sangre.

-escena de batalla en casa colonial-

La anécdota: La escena en la que un proto-ku klux klan diseña su famoso capirote blanco. Una vez más Tarantino frivoliza con un tabú. Está claro, necesitan agujeros más grandes para poder ver mientras cabalgan, cae de cajón.


Mi nota: 8/10

P.D. Tarantino es de los pocos directores que se pueden permitir el lujo de utilizar un mal zoom para mejorar una escena. Y que mal actúa el cabrón.

-storyboard de Django-

martes, 1 de enero de 2013

PICO DEL LOBO 2012


El recorrido ya es un clásico. El 23 de Diciembre de 2012, el Club de Montaña Peñas Altas organizaba una subida al Pico del Lobo, con la finalidad de colocar un belén navideño en este punto. Y en verdad que a mi personalmente lo de poner un belén me la traía al pairo, pero lo de lograr ascender por un tubo me parecía un reto suficiente para querer estar en tal evento.

Víctor, como siempre, mi inseparable compañero de fatiga. Y con la confianza que llevo siempre con él empezamos el ascenso desde el aparcamiento de la estación de esquí "La Pinilla".

-Víctor te ata a la vida-


Subíamos unas 70 almas hacia la cumbre, pero en un momento dado los caminos de unos y otros se bifurcaron; unos tiraron por la senda marcada, suave y fácil (sobre todo sin nieve), otros arreamos por debajo de los telesillas.
Era dura la subida, pero con tanta compañía se hacia amena. Dejamos atrás el restaurante que hay a mitad de camino, donde en épocas de nieves, los turistas se calientan con café y rua vieja.
Un poco más inclinado el camino, y cada metro que avanzamos en altura, aparece más nieve bajo nuestros pies. Tanta había y en forma de hielo duro, que hay que colocarse los crampones, símbolo de que la aventura coge "ambiente".
Una vez más los aventureros nos volvemos a separar, algunos, los más intrépidos, continúan por un tubo más inclinado y peligroso, la prueba es que una muchacha casi se va para abajo, suerte que otro compañero la enganchó de la mochila nada más tropezar.

Víctor y yo, vamos por el tubo suave, con otros 20. Y poco a poco y con mucha precaución conseguimos llegar a la cresta, el premio son unas vistas geniales. Al fondo las montañas se mezclan con las nubes que forman la niebla espesa. Fuera crampones.
De camino hacia la cima, la ocurrencia es hacer una primera cumbre, "El  alto de las mesas", desde donde tenemos una buena toma del "Pico del Lobo".

-Pico del Lobo visto desde el Alto de las mesas-

Con el torrezno ya asegurado, puesto que ya teníamos en nuestro haber una primera cumbre, continuamos la marcha. Unos últimos metros fáciles, ya que casi no hay nieve, y.. bang! una segunda cima! "El pico del Lobo" (2273 m.). 
Setenta paisanos domingueros más o menos ataviados de montañeros, con merienda, champán, rua vieja, bebida isotónica... y el belén! Foto de grupo de rigor y a comenzar el descenso.

-70 mozos y mozas en la cumbre del pico del Lobo-

El descenso lo hacemos por la senda, todos juntos. Pero como no, una vez más en nuestro camino se cruzaba una posible cumbre. Con tan sólo desviarnos unos metros podíamos conseguir una tercera cumbre, lo cual haría meritoria una gran comilona, a cargo de Silvia Millán, y con la hospitalidad del amigo Víctor. 
Desde lo alto de "Las Peñuelas" podíamos ver a los compañeros avanzar hacia el aparcamiento de la estación de esquí. Poco a poco íbamos culminando nuestra aventurilla.


Y después de tocar el coche, después de 4 horas desde el primer paso hacia la cumbre, ya podíamos apuntarnos otra victoria.
Y es que al Pico del Lobo se puede subir de mil maneras diferentes, desde varios puntos, con climas diversos, con nieve y hielo distintos cada vez... pero todas te dejan un regustillo a bueno.
El pico del Lobo siempre estará ahí.