No quiero ser el típico padre contando a todo el mundo lo grande que es tener un hijo, porque esto es algo que no se puede explicar con palabras, una sensación única e intransferible.
Esta aventura comenzaba allá por el mes de junio cuando Arancha después de tres predictor, por fin compró uno que funcionaba, y entre lágrimas me dijo: "ya".
Las risas y las lágrimas serán una constante el resto de las 40 semanas y 6 días de embarazo.
El comienzo fue algo duro, vómitos y más vómitos. Pero Arián se agarraba fuerte a Arancha, parece que le gustaba su nueva familia. Hasta le llevamos de vacaciones!
Casi cuatro meses después nos dijo el dr. Adrián que teniamos un niño, pero Arián ya lo sabía.
Y más tarde la ginecóloga nos lo reafirmaria con un "vaya matrícula, es un varón".
De los meses 3 al 6 tranquilidad, si hay una parte de embarazo relajada, es ésta. Dejar pasar los días y preparar el nido. En esta parte fundamental la ayuda de familia y amigos. Agradecer a Claudia, Javier, Cristina, Daniel, Lucía y sus progenitores; el material prestado, su ayuda es más importante de lo que ellos mismos creen. Cuando Arián trabaje que les invite a comer en "el Pastor"!.
En este momento te das cuenta de los complementos que trae un bebé.
Llega el último trimestre, el maaaaaaaás largo de todos (y eso que tiene los mismos días). Cursos de preparación al parto, clases de la matrona, lecturas sobre la lactancia y una infinidad de información que nunca pensé recibir. Ahora es el momento.
Para Arancha, el maravilloso mundo del "Alquen", el ardor de estómago. Ya no desaparecerá hasta la llegada de Arián.
En esta época se reciben muchos regalos, y aquí va un agradecimiento general a todos los que nos han hecho llegar un detalle y sus felicitaciones.
También es un buen momento para elegir el carro, con algo de antelación, ya que a Luis Felipe se la va mucho la pinza y hay que insistirle un poco... pero luego todo llega bien.
Y llegó el gran día, a las 22:00 mientras el Barça se clasifica para los cuartos de la champion, Arián empieza a dar guerra con unas dolorosas contracciones que nos llevan hasta urgencias. Falsa alarma, Marta, una de las matronas nos dice: "aún no estàs de parto". Con un centímetro de dilatación, a casa.
Difícil noche aquella del 13 de marzo, cada 5 minutos una dolorosa contracción... o al menos eso dice la sufridora.
Y ya, a las 7 de la mañana, de nuevo al hospital. Cada 3 minutos, zas! Latigazo! Así que ya dejan ingresada a la futura madre. Yo me limito a acompañar y consolar gritos de dolor.
De pronto llegó la amiga epidural, la mejor amiga que una embarazada parturienta podría tener. La cara de Arancha vuelve a recuperar su sonrisa habitual.
Pasaban las horas, llegaba el cambio de turno, aparecen Salma y Susana, que al final serán las personas que ayuden a Arián a llegar a este mundo. Y poco a poco llegó el momento: "Arancha, estás de parto". Trago saliva, Arancha y yo nos miramos, y ale, al turrón.
Nos gustaría que hubiera sido al estilo Gila, que Arián llamase donde el vecino y le dijera, hola Anival, he nacido, y éste le echara la bronca por haber nacido solo.
Pero no fue así, y hubo que empujar.
La matrona y la enfermera dejaban todo listo, incluso un espejo en el que Arián se podría mirar al nacer, ni que fuera Cristiano Ronaldo... y viene la contracción y.. empuja!! Y otra contracción y... empuja!! Y así sucesivamente hasta que en el último arreón salió Arián. Y casi sin terminar de salir, el muchacho nos presentó sus pulmones. Y que guapo es el jodio.
Ahora que ya nos hemos visto y nos conocemos, es el momento de sacarle parecidos, que si al abuelo, que si al tío David.. demasiado pronto creo yo para parecerse a nadie.
Por estar en el paritorio tuve un premio muy grande, cortarle el cordón umbilical a mi hijo, y ponerle su primer pañal. Emocionante.
Este sería para siempre el momento más especial de toda mi vida, algo que nunca olvidaré.
3.390 gramos de muchacho y 48 cm de largo. No es Jordan pero vale, está dentro del estándar.
Y aquí comienza la historia de Arián, Arancha y Fabián. Una familia nueva.
Esta aventura comenzaba allá por el mes de junio cuando Arancha después de tres predictor, por fin compró uno que funcionaba, y entre lágrimas me dijo: "ya".
Las risas y las lágrimas serán una constante el resto de las 40 semanas y 6 días de embarazo.
El comienzo fue algo duro, vómitos y más vómitos. Pero Arián se agarraba fuerte a Arancha, parece que le gustaba su nueva familia. Hasta le llevamos de vacaciones!
Casi cuatro meses después nos dijo el dr. Adrián que teniamos un niño, pero Arián ya lo sabía.
Y más tarde la ginecóloga nos lo reafirmaria con un "vaya matrícula, es un varón".
De los meses 3 al 6 tranquilidad, si hay una parte de embarazo relajada, es ésta. Dejar pasar los días y preparar el nido. En esta parte fundamental la ayuda de familia y amigos. Agradecer a Claudia, Javier, Cristina, Daniel, Lucía y sus progenitores; el material prestado, su ayuda es más importante de lo que ellos mismos creen. Cuando Arián trabaje que les invite a comer en "el Pastor"!.
En este momento te das cuenta de los complementos que trae un bebé.
Llega el último trimestre, el maaaaaaaás largo de todos (y eso que tiene los mismos días). Cursos de preparación al parto, clases de la matrona, lecturas sobre la lactancia y una infinidad de información que nunca pensé recibir. Ahora es el momento.
Para Arancha, el maravilloso mundo del "Alquen", el ardor de estómago. Ya no desaparecerá hasta la llegada de Arián.
En esta época se reciben muchos regalos, y aquí va un agradecimiento general a todos los que nos han hecho llegar un detalle y sus felicitaciones.
También es un buen momento para elegir el carro, con algo de antelación, ya que a Luis Felipe se la va mucho la pinza y hay que insistirle un poco... pero luego todo llega bien.
Y llegó el gran día, a las 22:00 mientras el Barça se clasifica para los cuartos de la champion, Arián empieza a dar guerra con unas dolorosas contracciones que nos llevan hasta urgencias. Falsa alarma, Marta, una de las matronas nos dice: "aún no estàs de parto". Con un centímetro de dilatación, a casa.
Difícil noche aquella del 13 de marzo, cada 5 minutos una dolorosa contracción... o al menos eso dice la sufridora.
Y ya, a las 7 de la mañana, de nuevo al hospital. Cada 3 minutos, zas! Latigazo! Así que ya dejan ingresada a la futura madre. Yo me limito a acompañar y consolar gritos de dolor.
De pronto llegó la amiga epidural, la mejor amiga que una embarazada parturienta podría tener. La cara de Arancha vuelve a recuperar su sonrisa habitual.
Pasaban las horas, llegaba el cambio de turno, aparecen Salma y Susana, que al final serán las personas que ayuden a Arián a llegar a este mundo. Y poco a poco llegó el momento: "Arancha, estás de parto". Trago saliva, Arancha y yo nos miramos, y ale, al turrón.
Nos gustaría que hubiera sido al estilo Gila, que Arián llamase donde el vecino y le dijera, hola Anival, he nacido, y éste le echara la bronca por haber nacido solo.
Pero no fue así, y hubo que empujar.
La matrona y la enfermera dejaban todo listo, incluso un espejo en el que Arián se podría mirar al nacer, ni que fuera Cristiano Ronaldo... y viene la contracción y.. empuja!! Y otra contracción y... empuja!! Y así sucesivamente hasta que en el último arreón salió Arián. Y casi sin terminar de salir, el muchacho nos presentó sus pulmones. Y que guapo es el jodio.
Ahora que ya nos hemos visto y nos conocemos, es el momento de sacarle parecidos, que si al abuelo, que si al tío David.. demasiado pronto creo yo para parecerse a nadie.
Por estar en el paritorio tuve un premio muy grande, cortarle el cordón umbilical a mi hijo, y ponerle su primer pañal. Emocionante.
Este sería para siempre el momento más especial de toda mi vida, algo que nunca olvidaré.
3.390 gramos de muchacho y 48 cm de largo. No es Jordan pero vale, está dentro del estándar.
Y aquí comienza la historia de Arián, Arancha y Fabián. Una familia nueva.