miércoles, 23 de enero de 2013

DJANGO, BRUTAL


El puto Tarantino lo ha vuelto a hacer. Aún sin ser un fan a ultranza del cine Tarantiniano, repleto de diálogos interminables y a veces hasta cansino; con Django ha vuelto ha conquistar mi corazón de cinéfilo.
Y es que, el amigo Quentin cuenta ya con una madurez narrativa digna de los más grandes. Sus guiones; en los que a veces rompe los tiempos para favorecer la construcción de sus personajes; son brutales.

Con Django estamos nada más y nada menos que ante un western, ¡un western!, un género ultramachacado y que ya murió con "El hombre que mató a Liberty Balance", y que Clint Eastwood resucitó con "Sin perdón", y ahora se reinventa con "Django".
Si las películas del salvaje oeste se caracterizaban por tener personajes planos y entresijos banales, en Django ocurre lo contrario. Personajes muy tridimensionales, repletos de matices y misterio; y una historia magnífica. Tópicazo el de cazarrecompensas en busca de fortuna eliminando criminales, pero Tarantino humaniza al personaje, y justifica la violencia. Lo convierte en un trabajo de la época salvaje americana, como ser barbero. 

Y que decir de la forma en que aborda el espinoso tema de la esclavitud. Duro, sin censura, explícito. El hombre negro como carne animal al servicio del hombre blanco. Impresionante DiCaprio (como siempre), en uno de esos papeles que le gustan, con un toque de locura, sátiro y sádico.
Pero para mi, el papelón de Django es para el Dr. King Schultz (Christoph Waltz).
Un tipo duro con modales de Gentil Alemán, y como tal, explica y justifica cada acción de manera meditada, excepto la última, en la que se deja llevar por su instinto. Este cambio acabará con él.

-Django y el Dr. Schultz-

Y para terminar, hablar de la escena de la batalla en la casa colonial. Ya quisiera John Rambo acabar con sus enemigos de un modo tan brutal y explosivo. El sonido de las balas en la carne y en los huesos se mete hasta el tímpano.  El hiperrealismo llega al cerebro y da la sensación de carnicería a lo "Matanza de Texas". Toooodo lleno de sangre.

-escena de batalla en casa colonial-

La anécdota: La escena en la que un proto-ku klux klan diseña su famoso capirote blanco. Una vez más Tarantino frivoliza con un tabú. Está claro, necesitan agujeros más grandes para poder ver mientras cabalgan, cae de cajón.


Mi nota: 8/10

P.D. Tarantino es de los pocos directores que se pueden permitir el lujo de utilizar un mal zoom para mejorar una escena. Y que mal actúa el cabrón.

-storyboard de Django-

1 comentario:

Tu mujer dijo...

No lo hubiera explicado mejor. Tarantino tiene la mente muuuu retorcida y es ultra violento. Me encanta que me tenga casi 3 horas sin pestañear. Nunca apostaré por él en la necriniela.