Capítulo 1 "de como irte de vacaciones en vacaciones".
Es como salir huyendo... ganas de coger el coche y conducir, lejos, ¡da igual!.
Pero, ¿dónde está la crisis? pues aunque mis deseos de desaparecer unos días eran grandes, la búsqueda de un hotel, hostal, tienda de campaña o cuchitril era harto imposible... ¡todo hasta las patas! y lo poco que queda libre a precio de viñedo.
El caso es que asumimos que barato no va a ser, y después de una búsqueda on-line de ... ¡10 horas! encontramos un hueco en un pueblo de la costa alicantina llamado L'Alfás del Pi. Perfecto, hotel Albir Playa, pa mí y mi señora.
Madrugón para salir y no encontrar mucho tráfico, y llegar cuanto antes a las vacaciones (6:45 a.m.)
(7 horas depués...)
Estamos en las vacaciones. La orden primordial es "relax y descanso". Dormir, playa, comer, beber, dormir, piscina, cenar, beber, deporte, relax, fresquitos, yacuzzi, spa...
etc.
Y vuelta a empezar.
Esto está lleno de noruegos, alemanes, holandeses, rusos... autóctonos poquitos, pero no importa son hijos de dios ;-)
Con pensión completa no hay problema de buscar los chiringuitos más "distinguidos" de la zona, así son todo facilidades. No está mal del todo la comida... el desayuno brutal.
Hemos tenido suerte con la habitación, normalmente nos tocan las peores vistas del edificio, esta vez.. triunfo, terraza grande con vistas a la piscina, para ver teticas.... ¡teticaaaaas!.
Desde la 230 podemos ver un buen paisaje también, además escuchar la música en directo que por la noche nos ofrece el hotel, y muchas otras cosas más.
Y como buen castellano, no soy hombre de mar, pero en este caso partiré una lanza por este tipo de playa: "Playa de canto rodao", es decir, cero arena. Bien para todo, no entra arenilla en los aparatos, no se te mete en la boca, el viento no te la tira a los ojos.. todo ventajas.
Momento de asueto y lectura, para adentrarse en el mundo de la inspectora Verónica y su relación con Roberto, que junto con Harmon intentarán montar el puzzle que les lleve al asesino (que por primera vez creo que no es el acomodador).
Por la noche, paseos nocturnos y visita al mercadillo local, mojito para el pecho por lo bien que lo hemos hecho y vuelta al hotel.
Por el camino descubro que esta gente de por aquí parece culta e inteligente, utilizan los espacios publicitarios para dar mensajes como este:
Y sale una bandera de España y todo. Supongo que los noruegos no entienden estas tradiciones, son gente civilizada.
Llegamos al hotel, no sin esfuerzo, Arancha la pobre anda con los dolores típicos de los embarazos en sus primeros días, así que.. a casa.
Capítulo 2 "champán, toboganes y niños infelices".
Ya en mitad de las vacaciones de relax (al segundo día), uno se pregunta cosas... ¿por qué estas vacaciones aburridas? y entonces te das cuenta de que ¡hay champán para desayunar! Entonces todo vuelve a ser de colores...
Nada más coger fuerzas vuelve la hora de acercarse a la playa. Con lo que a mi me gusta la playa.
Pero hoy tenía un plan, no un plan de esos elaborados donde uno va apuntando los horarios y los monumentos a visitar en dos o tres pueblos, no. El plan era claro y conciso: "alquilar un patín de playa".
Una hora de auténtica diversión maritimo-festivo-lúdica, acompañada de una cervecita fresquita y una embarazada vomitona. Yo lo pasé bien la hora entera, Arancha disfrutó los primeros diez minutos, luego se mareó.
-Breve sonrisa antes de abundante mareo-
-Cousteau de los mares-
Pero insisto, mi plan era bueno.
Ya las vacaciones se aproximaban a su fin. El objetivo había sido superado, relajación máxima para volver a casa con las pilas bien recargadas.
Aún hubo tiempo para una actividad más, visita obligada al pueblo de Altea. No me arrepiento de haber visitado este curioso rincón. Arriba, en lo más alto de la villa, se encuentra el bullicio de turistas, artistas y comerciantes en apenas dos calles. Merece la pena subir. Según nos dijo el taxista, es como un pueblo de Ibiza... no iba desencaminado.
Calles empedradas, comercios y restaurantes abiertos hasta altas horas de la noche. Mucha, mucha gente.
Nota curiosa: cuando ves a un niño/a obligado a hacerse un retrato, y evidentemente el niño/a no quiere, se le nota en la cara...
Padres del mundo, no hagáis retratos a niños que no desean ser retratados.
-Evidentemente, la sonrisa se la está inventando-
Y esto ha sido lo que ha acontecido en nuestras breves, pero necesarias vacaciones. Una vez más habrá que esperar a un mejor momento para volver a tener cuatro días juntos y escapar de la rutina.
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